¿Puede el nuevo mercado global del carbono encubrir el progreso climático?


Por Luisondome

Dic 2, 2021. Las naciones y las grandes corporaciones ya están preparadas para comenzar a construir y a operar en un mercado internacional del carbono. Según el acuerdo COP26, los países pronto deberían poder comprar y vender créditos de carbono certificados por la ONU entre sí, y utilizarlos como una forma de cumplir sus compromisos de reducción de gases de efecto invernadero. Estos créditos se producen a partir de proyectos que pretenden evitar una tonelada de emisiones de dióxido de carbono o extraer la misma cantidad de la atmósfera.

Pero una regulación defectuosa de este mercado con lagunas importantes en su estructuración, podría hacer que parezca que las naciones están progresando más en las emisiones de lo que realmente lo están. Aunque las reglas teóricamente previenen el doble conteo del progreso climático, los expertos temen que haya formas en que aún se puedan burlar los mecanismos de control. Es posible que los países puedan seleccionar el método más beneficioso cada vez que informan sobre su progreso, lo que probablemente distorsione la matemática general del carbono.

Puede que este mercadeo sea la única forma de que los contaminadores reduzcan sus emisiones al tener que pagar por ello, pero un mercado, sea lo que sea que se compre y se venda en el, no deja de ser un lugar para el negocio, y eso es lo que me parece que han logrado unos pocos: hacer de la reducción de emisiones un negocio.

La Unión Europea parece que no tiene la intención de participar en este mercado. Pero otros países como Japón, Corea del Sur, Suiza,Noruega o Canadá, es decir los menos emisores, si participarán en el para poner en venta los certificados que por su reducción de emisiones obtengan, poderlos vender a los países que no cubren los objetivos. De hecho Suiza ya esta financiando proyectos en Tailandia, Perú o Ghana.

¿Quienes compran este tipo de compensaciones?

Los que mas emisiones producen. Las compañías de petróleo y gas, las aerolíneas y los gigantes tecnológicos están comprando un número cada vez mayor de compensaciones a través de este tipo de programas mientras se esfuerzan por lograr los objetivos de emisiones netas cero.

Si las nuevas normas de la ONU adoptan una política de no intervención en estos mercados, la integridad de los esfuerzos de eliminación de carbono puede verse comprometida. Como explica Danny Cullenward, director de políticas de CarbonPlan, los desarrolladores de proyectos en, digamos, Brasil podrían ganar dinero por las compensaciones vendidas a través de mercados voluntarios, mientras que la propia nación aún podría aplicar esas ganancias de carbono hacia su propio progreso de emisiones bajo los acuerdos de París. Eso significa que todavía podría haber doble conteo entre un país y una empresa que afirman que los mismos créditos redujeron sus emisiones. 

Puede que algunos abriguen la esperanza de que el nuevo organismo de supervisión examine con detenimiento y honestidad los problemas de los programas anteriores y se esfuerce por solucionarlos. Pero me temo que los incentivos políticos y las corruptelas actúen en contra de eso, amenazando el progreso general de las emisiones y frenando los esfuerzos globales para abordar el cambio climático.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Planeta océano: el corazón líquido que nos mantiene vivos

¿Es realista pensar en un futuro 100% renovable?

Una segunda vida para los vertederos de las ciudades