La realidad y los bulos mas frecuentes sobre el cambio climático
Cambio Climático
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| Imagen de Copernicus de los incendios de Ourense |
Enormes incendios forestales se están extendiendo por el noroeste y el oeste de España, obligando a la evacuación de miles de residentes.
El 17 de agosto de 2025, España ya había registrado 23 años del Servicio de Monitoreo de la Atmósfera de Copernicus (CAMS) su total anual más alto de emisiones estimadas de incendios en el conjunto de datos de .
Esta imagen de Copernicus Sentinel-2 adquirida el 16 de agosto de 2025 muestra densas columnas de humo que se elevan desde incendios activos cerca de la ciudad de Ourense, ubicada en la comunidad autónoma de Galicia, al noroeste de España.
Portugal también se ha visto gravemente afectado por los incendios, siendo las regiones del norte y el centro las más afectadas. Según datos del CAMS, las emisiones estimadas del país casi han alcanzado los máximos anuales de 2003 y 2005.
Hoy seguimos
con preocupación la ola de incendios forestales que arrasan ya más de
380.000 hectáreas y lamentamos profundamente la pérdida de vidas así
como los terribles daños que están causando.
Casi a la misma velocidad con la que se extienden las llamas, se difunden los bulos en las redes sociales. Es esencial distinguir entre hechos y desinformación para protegernos y proteger nuestro medio ambiente.
Estos son algunos de los más frecuentes según Greenpeace:
1. “El cambio climático no influye en los incendios”
La ciencia es clara: la crisis climática multiplica la frecuencia, intensidad y duración de los incendios. Las sequías y olas de calor son cada vez más duraderas
y las temperaturas más intensas, y crean condiciones más propicias a
incendios como los que estamos viendo por todas partes. Negar la
evidencia científica solo retrasa soluciones reales.
2. “La agenda verde entorpece la lucha contra el fuego”
Los avances en política ambiental solo buscan mejorar la adaptación de las masas forestales al cambio climático. El negacionismo, abanderado por algunos partidos políticos, ha hecho de las políticas ambientales su campo de batalla. Pero hay que añadir que los ecologistas también deben de escuchar a los campesinos que son los que mejor conocen el territorio, y lo mismo digo de las instituciones del Estado.
Baste un ejemplo: En la primera semana de este mayo de 2025, la Confederación Hidrográfica del Guadiana (CHG) y el Ministerio para la Transición Ecológica (MITECO) procedieron al vaciado del embalse de Alcollarín, una presa ubicada en la provincia de Cáceres que en los incendios que asolaron en la región en el año 2021 sirvió como abastecimiento de los hidroaviones de extinción.
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El Embalse de Alcollarín vacío. |
Según consta en la Plataforma de Contratación del Estado, el vaciado de este embalse se enmarca en las actuaciones para el control de la especie invasora Pseudorasbora parva en el embalse de Alcollarín, en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR), que fue adjudicado por más de un millón de euros a Ingeniería y Diseños Técnicos (SAU).
Pues bien: el resultado del vaciado de la presa resultó ser el contrario al que buscada el Ministerio de Transición Ecológica, ya que actualmente el embalse se encuentra vacío y su lecho está cubierto de peces muertos. Por otro lado, la falta de agua ha expulsado a muchas aves acuáticas que habían convertido el lugar en un refugio estable. Como consecuencia, se han perdido tanto la pesca recreativa como el turismo de observación, lo que representa un fuerte revés para la economía de la zona. Y ya no digamos a donde han tenido que ir los hidroaviones a buscar agua para apagar los fuegos habidos en la Provincia.
Si hubieran tenido en cuenta los intereses de los vecinos de esa zona a la que dejaron sin agua para ellos, su cultivo y su ganado, probablemente el agua seguiría estando en el embalse y podría haber sido usada para apagar el fuego.
3. “Se provocan incendios para poner renovables”
Falso. Las plantas de energías renovables no necesitan recalificar el suelo para poder ser instaladas. Por otro lado, la Ley de Montes no permite recalificar automáticamente áreas quemadas.
4. “Los ecologistas no nos dejan limpiar los montes”
Los ecologistas dicen que no se oponen a la gestión forestal, y reclaman que sea planificada, sostenible y basada en la ciencia, pero no le preguntan al agricultor o al ganadero de la zona lo que se puede hacer para cuidar su monte, ya que creen que son los ecologistas los que saben realmente lo que hay que hacer. El problema real ante el abandono de los montes es la falta de consenso entre las partes interesadas para crear y gestionar políticas públicas que incentiven la gestión forestal, es decir, presupuestos y reformas legales y fiscales que favorezcan la actividad forestal y aprovechen estos recursos.
5. “Terrorismo incendiario”
Muchos
políticos confunden los incendios intencionados con la acción de los
pirómanos. Hablar de “mafia pirómana” es una forma de diluir sus
responsabilidades y negar el papel del cambio climático. A pesar de que tanto las
fiscalías como la Guardia Civil descartan la existencia de tramas
organizadas en torno a los incendios forestales, hay quien sigue pensando que en la mala planificación y ordenación del territorio está parte de la culpa de lo que está ocurriendo, y que hay intereses particulares, empresariales e institucionales de por medio.
6. “Los montes están descuidados por culpa de las zonas protegidas”
La
mayoría de las áreas protegidas mantienen la actividad forestal y
tienen planes de gestión específicos que contemplan el riesgo de
incendios. Las áreas protegidas no arden más. La verdadera amenaza es el abandono rural y la falta de políticas de prevención.
7. “El uso del fuego siempre es negativo”
El
verdadero problema son los incendios de alta intensidad que causan
graves daños por su tamaño y virulencia. Pero el uso técnico del fuego
por parte de profesionales puede ser una herramienta preventiva (quemas
prescritas que reducen biomasa y riesgo) o puede ayudar a controlar un
incendio (fuego técnico que ataca los frentes del incendio para ayudar a
controlarlo). Eso dicen los ecologistas, pero el hecho es que la biomasa es un recurso aprovechable que se está desperdiciando pudiendo ser una fuente de energía y de riqueza para el campo, y que aprovechando esta, también se evitarían los incendios.
8. “Los pinos y eucaliptos son responsables de los incendios”
Es
un error culpar a las especies. Todas las superficies (zonas agrícolas,
pastos, matorral, superficie arbolada) pueden arder, y más durante los
incendios de alta intensidad. Lo ideal sería que se ordene y
planifique el monte aumentando la diversidad de especies, evitando
grandes superficies continuas de masas forestales monoespecíficas que
son más vulnerables al fuego.
9. “Ahora toca repoblar los montes”
Gran
parte de la vegetación mediterránea tiene capacidad de recuperarse
después de un incendio. Ahora toca esperar y evitar los efectos
indeseados de las primeras lluvias para que no se lleve el manto que permitirá la recuperación de la vegetación. En caso necesario, la
restauración de los montes debe hacerse preferiblemente con especies
autóctonas y planificando un paisaje resiliente a los escenarios del
cambio climático.
10. Si está cambiando el clima
Cada día lo vemos en un lugar diferente del planeta. Hoy por ejemplo, Copernicus publica una foto de como se está derritiendo el hielo de Groenlandia, y este cambio está teniendo influencia sobre el nivel del mar, sobre la temperatura del agua, sobre la corrientes marinas, sobre la migración de las especies, sobre la meteorología del planeta, y por supuesto sobre los incendios, modificando las condiciones para la vida en La Tierra. Estos son hechos, y negarlo es negar la existencia de la vida misma.
El cambio climático y el calentamiento global son hechos evidentes, que afectan a todo el planeta. Los incendios sin control suceden en Españña, en Francia, en Siberia, en California, y en muchas otras partes del mundo, y conllevan perdidas materiales enormes y de vidas humanas irrecuperables. Mas nos vale que lo tomemos en serio y colaboremos en la medida de nuestras posibilidades para evitar incidir aún mas en la habitabilidad de un planeta que hoy es habitable, pero mañana puede dejar de serlo.
Fuentes: Greenpeace, El Debate, Copérnicus
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