Las olas monstruo también causan hundimientos de barcos
Luisondome
¿Qué son las olas rebeldes u olas monstruo?
Según la Wikipedia, las olas gigantes también conocidas por el nombre de olas vagabundo, olas monstruo u olas rebeldes, son olas relativamente grandes y espontáneas que no se explican por el estado del mar ni por terremotos, y que constituyen una amenaza seria incluso para los grandes barcos y transatlánticos. En oceanografía, se las define con más precisión como aquellas olas cuya altura es mayor que el doble de la media de la altura del tercio mayor de las olas en un registro, y que se cree que puedieron superar los 20 metros de altura en algunos casos.
La humanidad no es ajena a las olas gigantes, pero muchas veces las olas gigantes tienen una causa fácilmente reconocible, como terremotos o huracanes. Sin embargo, las olas monstruo aparecen de la nada y no se sabe que las ha generado.
Consideradas como legendarias, se las reconoce hoy en día como un fenómeno natural de los océanos, mas frecuente de lo que se cree, pero muy raramente relatado, y que no se pudieron documentar hasta hace relativamente poco. Los relatos de marineros y los daños infligidos a barcos sugerían su existencia, pero su medición científica solo pudo ser confirmada positivamente tras la colisión de una ola gigante en la plataforma petrolífera Draupner en el mar del Norte el 1 de enero de 1995. El evento, que infligió daños menores a la plataforma, confirmó la validez de la medida.
La ola monstruo grande jamás registrada
Cinco años después, el 17 de noviembre de 2020, otra ola elevó una boya oceánica a 58 pies (17,6 metros) sobre el mar circundante. Este evento ahora ha sido etiquetado como la ola monstruo más grande jamás registrada hasta ahora. Los científicos llaman a la ola un evento único en el milenio debido a su gran tamaño. La ola era aproximadamente tres veces la altura de las olas circundantes, lo que marca la ola más alta jamás vista hasta este punto. Dicha ola se registró a unas cuatro millas de la costa de la isla de Vancouver en Canadá.
Un barco atrapado en un canal vecino habría observado una pared de agua que se elevaba más de 50 pies por encima de ellos. Historias como esta han llenado las historias del mar durante cientos de años, pero hasta ahora no se han podido verificar como ciertas.
La ola más extrema jamás registrada puede sonar impresionante, pero la tecnología ha permitido recientemente a los científicos comenzar a observar el fenómeno. La primera ola rebelde que se observó y validó apareció en 1995.
Las olas monstruo son una perspectiva aterradora para los marineros y las plataformas petroleras en el océano. Son poco conocidas e imposibles de predecir. Los científicos están investigando los datos de eventos como el que tuvo lugar en 2020 para ayudar a descubrir cómo se forman estas ondas y posiblemente incluso diseñar un sistema para rastrearlas.
Hasta que la tecnología y la comprensión de las olas gigantes mejoren, seguirán siendo espectros que se mueven sobre el océano abierto.
Ante la evidencia gráfica de la existencia de estas olas, La Unión Europea, desde la ESA (Agencia Espacial Europea) se ha propuesto investigar la existencia de estas olas utilizando para escudriñar los océanos su satélites de la serie ERS, como parte de su Proyecto Max Wave. Estos satélites disponen de un Radar de Apertura Sintética (SAR): Cuando el radar de este satélite sobrevuela el océano trabaja en modo ola, adquiriendo imágenes de 10x5 Kms. de la superficie del océano cada 200 Kms. Posteriormente estas imágenes son transformadas matemáticamente en desgloses promediados de la energía y la dirección de las olas oceánicas, llamadas "espectros de las olas oceánicas", siendo esta información cedida a los centros meteorológicos para facilitar y mejorar sus pronósticos marítimos.
En Julio de 2004 la Agencia informo en un comunicado que se habían obtenido datos que confirman la existencia de dichas olas, y que se disponían a estudiar sus orígenes, que podrían estar vinculados con corrientes y remolinos oceánicos que serían capaces de concentrar la energía que formaría la gran ola.
Estos eventos oceánicos se concentran principalmente en la peligrosa corriente de Agilhas, en la costa oriental de Suráfrica, en la corriente del Golfo en el Atlántico Norte, en la interacción con las olas que bajan desde el Mar de Labrador, próximas a la zona en la que naufragó el pesquero Villa de Pitanxo.
El mismo informe mostró que las olas también pueden producirse lejos de las corrientes, a Mendo en la vecindad de centros de alta o baja presión atmosférica, pudiendo los vientos sostenidos de las tormentas se los que amplifiquen las olas que se mueven a una velocidad optima en sincronismo con el viento; si van demasiado rápido, se adelantan a la tormenta y se disipan; si van demasiado lentas, estas quedan retrasadas respecto a la tormenta.
Los registros procedentes del Proyecto Max Wave, documentaron desde su inicio la existencia de mas de diez olas individuales en todo en globo con alturas superiores a los 25 metros. El Proyecto Max Wave finalizó en 2005, pero tomó su lugar un nuevo Proyecto de Investigación que bajo el nombre de Wave Atlas, a lo largo de dos años utilizará las imágenes de los satélites ERS para crear un atlas mundial de olas gigantes, y poder efectuar con los datos obtenidos análisis estadísticos.
Fuente: ESA, Diario La Vanguardia,
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