Las olas monstruo también causan hundimientos de barcos

Luisondome                          

                            


Febrero 23, 2022. No hace muchos días que naufragaba en las peligrosas aguas del Atlántico Norte el Pesquero gallego Villa de Pitanxo, mientras intentaba recoger el copo lleno de pesca, en medio de un gran temporal en aquellas turbulentas aguas. Justo cuando iniciaba la maniobra de recogida del copo, según manifestó el capitán del barco, el parón repentino de sus máquinas, junto a un golpe de mar causado por una gran ola, junto al peso del copo lleno actuando a modo de lastra, fue lo que causó el hundimiento rápido del barco por la popa. 

Este tipo de sucesos no es la primera vez que sucede en estas y en otras aguas peligrosas. Los registros de naufragios, nos muestran que las tormentas hundieron mas de 200 superpetroleros y barcos portacontenedores que superaban los 200 metros de eslora, y se piensa que su hundimiento fue causado por olas de este tipo. Es de recordar el caso del trasatlántico Queen Elisabeth II que se topó en aguas del Atlántico Norte con una ola gigante de 29 metros de altura a la que su Capitán, Ronald Warwick describió como "una muralla de agua". Quizás la mejor reproducción de uno de estos sucesos la podemos ver en la película "La Tormenta Perfecta", en la que un pesquero enfrenta una ola gigante que finalmente no puede superar.

Muchos de estos hundimientos sucedieron en medio de grandes tormentas, pero no en todos los casos fue así. Hay registros de casos en los que una única gran ola fue la que causó el siniestro, y durante mucho tiempo era un misterio la causa de la tragedia, pues lo que se empezó a conocer como olas monstruo o rebeldes se consideraban en aquel entonces una utopía. Los capitanes hablarían de olas masivas que fueron capaces de levantar grandes barcos a decenas de pies en el aire, pero su existencia era imposible de probar. Esa ambigüedad llevó a muchos a creer que las olas monstruo eran fantasías como las que nos hablaban de la existencia en el mar de calamares gigantes o de leviatanes. Pero la tecnología reciente ha permitido a los científicos confirmar la existencia de este tipo de olas gigantes. Ahora, sabemos que estos enormes muros de agua son reales y acechan en los mares del globo. Simplemente la ciencia aún hoy no esta segura de por qué aparecen. La más masiva de estas olas, recientemente una boya la acaba de registrar frente a la costa de Canadá y fue increíble. De nuevo el dato aparece en aguas próximas a las del naufragio del Villa de Pitanxo.

¿Qué son las olas rebeldes u olas monstruo?

Según la Wikipedia, las olas gigantes también conocidas por el nombre de olas vagabundo, olas monstruo u olas rebeldes, son olas relativamente grandes y espontáneas que no se explican por el estado del mar ni por terremotos, y que constituyen una amenaza seria incluso para los grandes barcos y transatlánticos. En oceanografía, se las define con más precisión como aquellas olas cuya altura es mayor que el doble de la media de la altura del tercio mayor de las olas en un registro, y que se cree que puedieron superar los 20 metros de altura en algunos casos.

La humanidad no es ajena a las olas gigantes, pero muchas veces las olas gigantes tienen una causa fácilmente reconocible, como terremotos o huracanes. Sin embargo, las olas monstruo aparecen de la nada y no se sabe que las ha generado. 

Consideradas como legendarias, se las reconoce hoy en día como un fenómeno natural de los océanos, mas frecuente de lo que se cree, pero muy raramente relatado, y que no se pudieron documentar hasta hace relativamente pocoLos relatos de marineros y los daños infligidos a barcos sugerían su existencia, pero su medición científica solo pudo ser confirmada positivamente tras la colisión de una ola gigante en la plataforma petrolífera Draupner en el mar del Norte el 1 de enero de 1995. El evento, que infligió daños menores a la plataforma, confirmó la validez de la medida.


La ola monstruo grande jamás registrada

Cinco años después, el 17 de noviembre de 2020, otra ola elevó una boya oceánica a 58 pies (17,6 metros) sobre el mar circundante. Este evento ahora ha sido etiquetado como la ola monstruo más grande jamás registrada hasta ahora. Los científicos llaman a la ola un evento único en el milenio debido a su gran tamaño. La ola era aproximadamente tres veces la altura de las olas circundantes, lo que marca la ola más alta jamás vista hasta este punto. Dicha ola  se registró a unas cuatro millas de la costa de la isla de Vancouver en Canadá.

Un barco atrapado en un canal vecino habría observado una pared de agua que se elevaba más de 50 pies por encima de ellos. Historias como esta han llenado las historias del mar durante cientos de años, pero hasta ahora no se han podido verificar como ciertas.

La ola más extrema jamás registrada puede sonar impresionante, pero la tecnología ha permitido recientemente a los científicos comenzar a observar el fenómeno. La primera ola rebelde que se observó y validó apareció en 1995.

Las olas monstruo son una perspectiva aterradora para los marineros y las plataformas petroleras en el océano. Son poco conocidas e imposibles de predecir. Los científicos están investigando los datos de eventos como el que tuvo lugar en 2020 para ayudar a descubrir cómo se forman estas ondas y posiblemente incluso diseñar un sistema para rastrearlas.

Hasta que la tecnología y la comprensión de las olas gigantes mejoren, seguirán siendo espectros que se mueven sobre el océano abierto.

Ante la evidencia gráfica de la existencia de estas olas, La Unión Europea, desde la ESA (Agencia Espacial Europea) se ha propuesto investigar la existencia de estas olas utilizando para escudriñar los océanos su satélites de la serie ERS, como parte de su Proyecto Max Wave. Estos satélites disponen de un Radar de Apertura Sintética (SAR): Cuando el radar de este satélite sobrevuela el océano trabaja en modo ola, adquiriendo imágenes de 10x5 Kms. de la superficie del océano cada 200 Kms. Posteriormente estas imágenes son transformadas matemáticamente en desgloses promediados de la energía y la dirección de las olas oceánicas, llamadas "espectros de las olas oceánicas", siendo esta información cedida a los centros meteorológicos para facilitar y mejorar sus pronósticos marítimos.

En Julio de 2004 la Agencia informo en un comunicado que se habían obtenido datos que confirman la existencia de dichas olas, y que se disponían a estudiar sus orígenes, que podrían estar vinculados con corrientes y remolinos oceánicos que serían capaces de concentrar la energía que formaría la gran ola.

Estos eventos oceánicos se concentran principalmente en la peligrosa corriente de Agilhas, en la costa oriental de Suráfrica, en la corriente del Golfo en el Atlántico Norte, en la interacción con las olas que bajan desde el Mar de Labrador, próximas a la zona en la que naufragó el pesquero Villa de Pitanxo.

El mismo informe mostró que las olas también pueden producirse lejos de las corrientes, a Mendo en la vecindad de centros de alta o baja presión atmosférica, pudiendo los vientos sostenidos de las tormentas se los que amplifiquen las olas que se mueven a una velocidad optima en sincronismo con el viento; si van demasiado rápido, se adelantan a la tormenta y se disipan; si van demasiado lentas, estas quedan retrasadas respecto a la tormenta.

Los registros procedentes del Proyecto Max Wave, documentaron desde su inicio la existencia de mas de diez olas individuales en todo en globo con alturas superiores a los 25 metros. El Proyecto Max Wave finalizó en 2005, pero tomó su lugar un nuevo Proyecto de Investigación que bajo el nombre de Wave Atlas, a lo largo de dos años utilizará las imágenes de los satélites ERS para crear un atlas mundial de olas gigantes, y poder efectuar con los datos obtenidos análisis estadísticos.

Fuente:  ESADiario La Vanguardia,

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