Calor insoportable en el sur de Europa

Luisondome

Foto de recuerdo del día que hizo 50ºC de temperatura

La implacable ola de calor que azota Europa ha provocado alertas de viaje y avisos meteorológicos, pero los turistas no parecen inmutarse.

 

Los viajeros británicos, en particular, siguen adelante con sus planes de vacaciones, ya que el Gobierno ha emitido alertas meteorológicas, pero no ha llegado a desaconsejar todos los viajes. Esto significa que es poco probable que las compañías de seguros cubran los costes de un viaje cancelado. Algunos lugares, sobre todo del sur de España, Italia, Grecia y Turquía han sufrido temperaturas superiores a los 40 grados en los últimos días.

La segunda ola de calor que azota a España desde que llegó el verano, alcanzó su zenit este martes 18 de julio. En el fin de semana se anticipaba un ascenso de las temperaturas, y la Agencia Española de Metereología (AEMET) confirmaba que los primeros días de la semana serían los peores. Pero el pasado miércoles 19 de julio no hubo tregua y, aunque se vio un ligero descenso, el calor continuó sintiéndose con fuerza.

España en alerta por las altas temperaturas

Pero lo grave es que la AEMET aún no es capaz de determinar cuándo finalizará la ola de calor que estamos atravesando. Lo explican en su comunicado: "En estos momentos no es posible establecer con certeza el fin de este episodio de ola de calor. El escenario más probable indica una tendencia a que continúen los descensos térmicos, aunque todavía durante varios días más, las temperaturas estarán por encima de los valores habituales en zonas de la mitad sur peninsular y Baleares".

De momento las temperaturas en parte de la península española empezarán a descender a partir del jueves 13 de junio, con un repunte durante le domingo 23 de julio en el centro de la península. Eso sí, las cifras por debajo de los 30 grados que se esperaban en regiones como la comunidad de Madrid a inicios de la próxima semana, han desaparecido, en parte por los efectos de la ola de calor que estamos atravesando. 

Pues este año seguro que se superan las cifras

El de 2022 fue un verano asfixiante para Europa, que batió récords en olas de calor, incendios forestales y sequía. Uno de los países que se llevó la peor parte fue España, al registrar un total de 11.324 muertes atribuibles al calor entre el 30 de mayo y el 4 de septiembre del año pasado, según un estudio liderado por el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal) en colaboración con el Instituto Nacional de Investigación en Salud y Medicina de Francia (Inserm), que sitúa a Italia a la cabeza, con un total de 18.010 muertes, y a Alemania en tercer lugar, con 8.173.

En total se registraron 61.672 muertes en toda Europa, según el estudio publicado en la revista Nature Medicine, que también muestra un incremento de la mortalidad en los grupos de edad más avanzada. Así, se estima que se produjeron 4.822 fallecimientos entre menores de 65 años, 9.226 entre los 65 y los 79 años, y 36.848 entre los mayores de 79 años.

Las ciudades son, sin duda, los lugares más vulnerables al calor, pues es en las áreas urbanas donde se produce el efecto “isla de calor”, debido a la abundancia de materiales como el asfalto y el hormigón, los coches y la falta de vegetación.

¿Por qué no es posible determinar el fin de la ola de calor que azota a España en julio?

El principal motivo por el cual no es posible determinar el fin de la ola de calor que actualmente está azotando a gran parte de la península, es por una dorsal de aire caliente y seco originada en el Sáhara que  se espera que se vaya desplazando hacia el oeste, afectando ad diferentes partes del país a medida que acerca nuevas masas de aire muy cálido.

Pero la dorsal viene acompañada de una calima que suele actuar como un paraguas y rebaja el calor. También cabe la posibilidad que el viento en superficie ayude a templar el ambiente, pero hasta no tener claro como será la evolución del fenómeno meteorológico, no se podrá conocer cuándo acabará la ola de calor.

También se espera que estos sean los días en que se rompan los récords españoles de mayor temperatura, si bien los meteorólogos creen que estas se darán con mas probabilidad en la zona del alto Guadalquivir, entre Córdoba y Jaén.

El calentamiento global se acelera

Hasta ahora el verano en el que se habían registrado más muertes por calor en Europa fue el de 2003, que se produjeron 70.000 fallecimientos, lo que evidencia que el calentamiento global se está agravando.

“La aceleración observada en los últimos diez años subraya la necesidad urgente de reevaluar y fortalecer los planes de prevención, poniendo especial atención a las diferencias entre países y regiones europeas, así como las brechas de edad y sexo, que actualmente marcan las diferencias en vulnerabilidad al calor”, señala Hicham Achebak, investigador del Inserm y de ISGlobal y último autor del estudio.

Europa es, de hecho, el continente que está experimentando un mayor calentamiento, hasta de 1ºC más que la media global. Si no se toman medidas eficaces para combatir el cambio climático, los investigadores creen que el continente se enfrentará a un “promedio de más de 68.000 muertes prematuras cada verano en el año 2030 y más de 94.000 en el 2040″.

España en estos momentos se atraviesa la segunda ola de calor del verano con temperaturas que superan los 40 grados en numerosos puntos del país y del sur de Europa. 

Las personas que padecen alguna enfermedad crónica, como hipertensión, cardiopatía o diabetes, o quienes realizan trabajos físicos intensos al aire libre, deben protegerse especialmente del calor, pues también han aumentado el número de trabajadores fallecidos a consecuencia de los golpes de calor. De hecho, en esta primera ola de calor en España, ya se ha cobrado las primeras dos víctimas: un agricultor en Sevilla y otro en Ciudad Real.

Los golpes de calor, se producen cuando la temperatura del cuerpo pasa de los 40 grados, y los síntomas más frecuentes son mareo, dolor de cabeza, debilidad, aturdimiento, piel caliente y enrojecida y visión borrosa. En las situaciones más extremas, la persona afectada puede tener convulsiones y entrar en coma. En estos casos es necesario acudir cuanto antes a un servicio médico de emergencias.