Un sistema de corrientes oceánicas podría colapsar antes de lo esperado con consecuencias globales y fatales

Luisondome


Un complejo sistema de corrientes oceánicas conocido como circulación de vuelco meridional del Atlántico (Atlantic Meridional Overturning Circulation, o AMOC, por sus siglas en inglés) podría colapsar hacia mediados de este siglo, o incluso en una fecha tan cercana como 2025, debido a la continua emisión de contaminantes que calientan la Tierra. Un nuevo estudio publicado en la revista Nature sugiere que el punto de colapso más probable está entre 2039 y 2070.


Un evento de tal magnitud sería catastrófico para los patrones climáticos globales y "afectaría a cada persona en el planeta", incluyendo inviernos mucho más extremos y aumentos del nivel del mar en partes de Europa y los Estados Unidos, además de un desplazamiento del monzón en los trópicos.




¿QUÉ ES LA AMOC Y QUE IMPORTANCIA TIENE?

La AMOC es una compleja red de corrientes que funciona como una gigantesca cinta transportadora global. Transporta agua cálida desde los trópicos hacia el Atlántico Norte, donde el agua se enfría, se vuelve más salada y se hunde profundamente en el océano antes de extenderse hacia el sur. Juega un papel crucial en el sistema climático, ayudando a regular los patrones climáticos globales. Además de su papel como un regulador térmico, funciona como una bomba de calor y un disipador de calor en las altas latitudes, y desempeña un papel crucial en el ciclo del carbono de nuestro planeta. Se estima que AMOC secuestra aproximadamente 0,7 petagramos de carbono (PgC) al año, convirtiéndola en el sumidero de carbono más grande del hemisferio norte.


El secuestro de carbono es un proceso natural que permite la absorción y almacenamiento de dióxido de carbono (CO2), un gas de efecto invernadero que contribuye al calentamiento global. Las plantas, los océanos y ciertos tipos de suelo pueden actuar como sumideros de carbono, absorbiendo CO2 de la atmósfera. Este proceso de secuestro tiene implicaciones significativas para la evolución del calentamiento global causado por la actividad humana. Esencialmente, los sumideros de carbono como la AMOC ayudan a reducir la cantidad de CO2 en la atmósfera y, por lo tanto, desempeñan un papel fundamental en la moderación del calentamiento global.


Sin embargo, la eficacia de la AMOC como sumidero de carbono puede verse amenazada por su debilitamiento. Durante años, los científicos han estado alertando sobre su inestabilidad a medida que la crisis climática se acelera, amenazando con alterar el equilibrio de temperatura y salinidad en el que depende la fuerza de estas corrientes.


A medida que los océanos se calientan y el hielo se derrite, más agua dulce fluye hacia el océano y reduce la densidad del agua, haciéndola menos capaz de hundirse. Cuando las aguas se vuelven demasiado dulces, demasiado cálidas o ambas cosas a la vez, la cinta transportadora se detiene.


Gracias a los registros, sabemos que la AMOC ha cambiado muchas veces en la historia de la Tierra. Las más recientes son las variaciones que sufrió en la última Edad de Hielo, hace unos 120.000 años, cuando se registraron una serie de oscilaciones de temperatura asociadas al deshielo, conocidas como eventos de Dansgaard-Oeschger, separadas entre sí por periodos de entre 1.500 y 4.000 años. En estos eventos, un rápido deshielo de los glaciares causó que la AMOC se detuviera, provocando enormes fluctuaciones de temperatura en el hemisferio norte de 10 a 15 ºC en una década.


Los especialistas creen que la corriente termohalina se detuvo durante los periodos fríos y estaba activa durante los periodos más cálidos, de ahí el temor de que se active un enfriamiento del hemisferio norte.


Un informe de 2019 del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático de las Naciones Unidas (IPCC), predijo que la AMOC se debilitaría a lo largo de este siglo, pero que su colapso total antes de 2100 era poco probable. Sin embargo, este nuevo estudio llega a una conclusión mucho más alarmante. Como la AMOC solo se ha estado monitoreando de manera continua desde 2004, los autores del estudio recurrieron a un conjunto de datos mucho más grande y que podría mostrar cómo se comportaban las corrientes en un período sin cambio climático causado por el ser humano.


La tendencia de debilitamiento a largo plazo es antropogénica. Jeffrey Kargel, investigador del Planetary Science Institute, señala en declaraciones al Science Media Centre afirma que lo que se está observando ahora se parece a lo que sucedió hace 120.000 años, “pero esta vez son las emisiones industriales de gases de efecto invernadero las que lo impulsan, en lugar de los cambios naturales”. La diferencia clave está en la escala de tiempo. Mientras que los anteriores cambios tuvieron lugar durante muchos siglos o milenios, recuerda, “el derretimiento de hoy ha tenido un inicio repentino debido a la combustión de combustibles fósiles solo en los últimos 150 años y principalmente en los últimos 50 años”.


Fuente: Nature Communications

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