Los cultivos del futuro

Agricultura y Clima


Una de las expresiones del cambio climático la hemos visto recientemente en España en forma de lluvias torrenciales de una intensidad inédita, pero el cambio climático se manifiesta de muchas formas. Uno de los sectores más afectados por el cambio climático es el agrícola que, además, representa el 22% de las emisiones de gases de efecto invernadero a escala global. "Debemos actuar de inmediato a gran escala. Resulta fundamental crear sistemas agroalimentarios sostenibles y resilientes para hacer frente a la crisis climática, la inseguridad alimentaria y la pérdida de biodiversidad", afirmaba Maria Helena Semedo, directora general adjunta de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), que alertaba que los países menos adelantados y los pequeños agricultores se verían especialmente afectados.  

Los enfoques para afrontar la crisis son variados. En África están empezando a cuestionar si los cultivos introducidos desde la época de la conquista de América son los más apropiados para sus suelos. Los cultivos autóctonos son generalmente más nutritivos y se adaptan mejor a condiciones secas. Sin embargo, la popularidad y el éxito comercial de cultivos como el trigo, arroz y, especialmente, el maíz, han hecho que esos cultivos propios de África no hayan tenido la atención suficiente hasta el punto de que algunos los llaman "cultivos huérfanos". Ahora, un programa de EE UU y la FAO pone el foco en la investigación de estos cultivos, incluso en las posibilidades de que técnicas de edición genética como CRISPR puedan hacerlos más resistentes.  

Jennifer Doudna, una de las pioneras de CRISPR, anticipa el potencial de estas herramientas para realizar cultivos más fuertes ante el cambio climático: "Ahora mismo se avecina una revolución con CRISPR". La manipulación genética también se está probando para tratar de salvar especies. Es el caso de la empresa American Castanea, una empresa biotecnológica que pretende rescatar el castaño americano de la extinción funcional tras verse diezmada su población por una plaga de hongos desde hace 70 años.  

Si hablamos de agricultura también podemos hacerlo más allá de las fronteras terrestres, aunque entremos en el universo de la ciencia ficción, En la película The Martian, un astronauta interpretado por Matt Damon recurría al cultivo de patatas para alimentarse tras quedarse atrapado en el planeta rojo. El planteamiento no tuvo en cuenta los percloratos, y los percloratos son algo que más vale tener en cuenta. De haberlo hecho, es probable que los alimentos no hubieran crecido y, si hubiera ocurrido, las patatas contaminadas habrían destruido su tiroides, colapsado sus riñones y dañados sus células. Sin embargo, ahora la NASA quiere comprobar si puede ser posible que los percloratos pasen de enemigos a aliados. "Me gustan los microbios, y quería ver si Marte podríaology Rea satisfacer sus necesidades nutricionales". Solo por esta frase, este artículo ya merece la pena.  


Fuente: MIT Technology Review

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