Dos lobos aparecieron muertos y colgados de un cartel en el Parque Natural de Ponga (Asturias)
Naturaleza
Vergonzoso e inadmisible, el pasado sábado dos lobos protegidos aparecieron muertos y colgados de un cartel informativo en el Parque Natural de Ponga (Asturias). Esta macabra exhibición es una muestra más de la impunidad con la que el furtivismo campa a sus anchas en gran parte de España y cómo los lobos están siendo diezmados.
Desde 2016 se han producido 15 crímenes similares, con lobos muertos y decapitados tirados en supermercados, colgados de señales de tráfico o puentes, o arrojados a piscinas, sin que nadie haya sido llevado aún ante la justicia por ello.
Estas muertes han sido denunciadas a la Fiscalía de Medio Ambiente y es exigible una investigación a fondo, y que el Principado de Asturias persiga estos crímenes contra la fauna y trabaje para asegurar la coexistencia con el lobo, una especie que merece la máxima protección por su papel clave en los ecosistemas.
Se puede apostar por una coexistencia que implique pagos rápidos y justos de los daños que el lobo pueda producir a las ganaderías, y la aplicación de medidas preventivas para proteger al ganado: cerramientos fijos o móviles, perros mastines y pastores con los rebaños, que reducen hasta el 90% de daños. Su eficacia ha sido demostrada científicamente en Aragón, Cataluña, Castilla-La Mancha o Madrid.
La ciencia ha demostrado que matar lobos, además de cruel e innecesario, no reduce los daños. Y desde su inclusión en el Listado de Especies de Especial Protección (LESPRE 2021), las poblaciones ibéricas no han crecido significativamente y sufren problemas por su aislamiento genético.
El lobo: ese gran aliado que debe ser protegido
Perseguido, acusado y cazado sin razón, el lobo no es feroz ni supone una amenaza para las personas, es un animal muy tímido y huidizo. No es el culpable de todos los males del campo ni tampoco del declive de la ganadería extensiva.
Muy al contrario, el lobo ibérico es una joya de la fauna europea que mantiene sanos y en equilibrio los ecosistemas, y que presta importantes servicios a los ganaderos y agricultores. Es una pieza clave y un gran aliado que debe ser conservado y protegido de quienes pretenden eliminarlo a toda costa. Y hoy, más que nunca, necesita nuestra ayuda.
Recientemente, el Consejo de Berna ha aprobado una rebaja en su protección en Europa que supone un gravísimo ataque a la conservación de la naturaleza que no se puede consentir. Por ello, habrá que seguir luchando para que el lobo siga siendo especie protegida en nuestro país y que su gestión esté basada en la ciencia y en la coexistencia.
Hay que extremar su protección y exigir la aprobación de planes para su conservación y recuperación, y un cambio que permita su coexistencia con la ganadería extensiva y el mundo rural. El lobo es un animal único y ahora nos necesita más que nunca.
Fuente: WWF
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