El calentamiento global está afectando a la criosfera, y hace desaparecer las reservas de nieve
- Obtener enlace
- X
- Correo electrónico
- Otras aplicaciones
Calentamiento Global

Estado de las reservas de nieve. GRÁFICO: IGNACIO SÁNCHEZ. FUENTE: MITECO.

Este año, a mediados de enero, la superficie con nieve en España es un tercio respecto de la del año pasado. Suma algo más de 5.400 km2 cuando en el mismo momento de 2024 llegaba a más de 15.000. Y un año antes superaban los 16.000 km2. Al mismo tiempo, el volumen de nieve acumulada en los sistemas montañosos españoles está en torno a los 340 hectómetros cúbicos, un 75% menos que la media de los últimos diez años a estas alturas del año.
El calentamiento global está fundiendo una España que antes estaba helada en los inviernos. La subida de la temperatura global por el efecto invernadero de los gases inyectados a la atmósfera se come literalmente la criosfera haciendo que la nieve de las cumbres y el hielo de los glaciares desaparezcan, y a la vista de los datos, a grandes bocados.
De los 15 puntos de control que el Ministerio de Transición Ecológica tiene en la cordillera de los Pirineos, uno está en nivel muy bajo de nieve, tres en bajo y el resto en el “mínimo en cinco años”, según el Informe de Evolución de Reservas de Nieve. Análisis parecidos se reproducen en el Sistema Central, Sierra Nevada y la Cordillera Cantábrica.
Las nevadas que han caído en los últimos días apenas modifican la situación. La cota de nieve está demasiado alta durante esta época del año, pues la lluvia se mantiene hasta los 2.000 metros y no nieva a estas alturas. La borrasca que ha traído las precipitaciones en estos últimos días llegaba con vientos cálidos del sur que suben la temperatura. En los Pirineos,el clima está al límite y la subida de un grado se deja notar mucho. Pasar de 0ºC a 1ºC tiene consecuencias en la preservación de la criosfera, pues es una cordillera muy sensible al calentamiento global.
La temperatura media en España ha subido 1,5ºC aproximadamente desde 1961. En la cordillera más alta, Los Pirineos, esa temperatura media comenzó a elevarse solo desde 1980, pero ya ha superado los 1,2ºC. Desde mediados de siglo XX, el manto de nieve no ha parado de disminuir. Y así en todas las cumbres.
La criosfera aúna todas la aguas en estado sólido y el terreno congelado. Eso incluye a los glaciares que se han convertido en uno de los chivatos más elocuentes de cómo se está recalentando el planeta en general y España en particular. En los Pirineos quedan los glaciares más meridionales de Europa. “Son muy sensibles a las condiciones ambientales” porque están en la “frontera” del clima, como describe el Grupo de Investigación de la Criosfera en los Pirineos (Cryopyr) del CSIC.
Según un análisis realizado por el Instituto Pirenaico de Ecología sobre el estado de los glaciares, estos están desapareciendo rápidamente tras las pérdidas masivas de 2022 y 2023. En 1980 había 39 glaciares, ahora quedan 15, pero es que en 2020 se contaban 23 que sumaban 238 hectáreas. En 2022 el cómputo llegó a 18 y 172 hectáreas. El último recuento apenas supera las 140.
La agricultura, los ecosistemas, la energía..., y el turismo
Nacho López Moreno, investigador del Instituto Pirenaico de Ecología del CSIC, en declaraciones a El Diario.es considera que “no se le está dando la importancia que tiene a la nieve”. Y de la nieve “dependen muchos otros procesos, pues condiciona todo lo que pasa en la montaña”, advierte. E incluso más allá de la mera montaña. El manto influye en la agricultura, en la generación hidroeléctrica, en los ecosistemas o en las infraestructuras.
Por un lado, la nieve “protege los ecosistemas porque, al ser aire y agua, hace las veces de una chaqueta que aísla el suelo, que impide que se congele” cuenta López. Y luego, al fundirse, aporta el agua que necesita la vegetación y la dirige a los ríos. “La reserva de agua en forma de nieve se funde en primavera y va a parar a los embalses en la época de mayor demanda de la agricultura” para el regadío.
Pero hablemos del turismo. Los que más sufren el calentamiento global provocado por el hombre son las estaciones de esquí. Entre 1960 y 2010 el número de días al año con un grosor de la capa de nieve inferior a 30 cms., que es el que se considera que permite esquiar con normalidad, ha aumentado notablemente en todas las estaciones de esquí y en todas las cotas, según los datos del IPE, y la consecuencia es que han disminuido los días esquiables y las zonas en las que se puede esquiar con nieve natural.
También, atestigua el análisis de los científicos que se ha ido retrasando progresivamente la fecha de inicio de la temporada de esquí con nieve natural, ”con retrasos de entre 5 y 55 días en las estaciones a baja cota y entre 5 y 30 días en las estaciones a cotas medias, lo que obliga a utilizar mucho antes y los cañones de nieve y durante mucho mas tiempo, lo que supone un sobre-coste para las estaciones. Por el otro lado, las temperaturas más suaves mantenidas durante más tiempo, el Instituto indica que puede favorecer el turismo, no de esquí, sino de montaña, con el inconveniente que de ahí surgen problemas como la saturación de zonas sensibles como puede ser el Parque Nacional de Ordesa y otras zonas de montaña.
Fuentes: MITECO, El Diario.es
- Obtener enlace
- X
- Correo electrónico
- Otras aplicaciones
Comentarios
Publicar un comentario