Las actuales y futuras generaciones, y el cambio climático


Presten un momento su atención a esta gráfica. En ella se puedecomprobar la distribución de la población mundial entre las diferentes generaciones: desde la Generación Silente, los ancianos, hasta la Generación Beta, los nacidos a partir de 2025.

Las cuatro primeras generaciones: la Silente, los Baby Boomers, la Generación X y los Millenials somos los que ocupamos con nuestras vidas la segunda mitad del Siglo XX, y somos los responsables del mayor incremento de la contaminación global y de la mayor desestabilización climática por nuestro estilo de vida consumista.

La Generación Z que abarca a los nacidos entre 1995 y 2009, son los  que hoy tienen entre 15 y 30 años. Son los que cae sobre ellos la gran responsabilidad de intentar evitar lo que las generaciones anteriores destrozaron.

Las nuevas generaciones son la Alfa y la Beta. La segunda abarcará a los nacidos entre el actual año 2025 y 2039 y tras ella vendrán las generaciones siguientes. Ellas serán las que sufran las graves consecuencias de la desestabilización climática.


Esta es una aproximación de como evolucionará la población mundial distribuida por generaciones, pero que no tiene en cuenta factores como la creciente esperanza de vida por la mejora de la salud, y como esta puede verse afectada por factores como la escasez de recursos alimentarios o de agua potable, la evolución de las pandemias globales, el aumento de víctimas por el incremento de la gravedad y la frecuencia de los desastres naturales, o por el incremento de víctimas por golpe de calor que nos deje el calentamiento global por el aumento de las temperaturas.

A partir de 2050, se espera que el crecimiento de la población mundial comience a moderarse en los diferentes continentes con la excepción de África, que en la primera mitad de este siglo multiplicará su población por cuatro. Europa será el único lugar en el que la población se habrá reducido en este periodo de tiempo. 


 

La mejoría en el bienestar social influye sobre el estilo de vida y este a su vez influye sobre el crecimiento de la población, pues se puede establecer una relación entre la mejoría del bienestar social y la disminución del número de hijos, que si bien es un tema complejo que ha sido objeto de estudio en sociología, economía y demografía, hay algunos puntos a considerar:

1. La educación y el empoderamiento Femenino

  • A medida que las mujeres acceden a la educación y tienen más oportunidades laborales, tienden a posponer la maternidad y a tener menos hijos. Esto a menudo se asocia con un mayor bienestar social, ya que las mujeres empoderadas pueden contribuir más a la economía y a la sociedad, pero en cambio estas reducirán el número de hijos que desean tener pues las dificultades de conciliar la vida familiar y la laboral no ayudan a tener muchos hijos.

2. El acceso a los Servicios de Salud

  • También el acceso a servicios de salud reproductiva y planificación familiar permite a las parejas tomar decisiones informadas sobre el tamaño de su familia. Esto puede llevar a menores tasas de natalidad y, a su vez, a una mejora en el bienestar social familiar, ya que las familias pueden dedicar más recursos a cada hijo.

3. La economía

  • En sociedades donde hay una mejora en el bienestar económico, las familias pueden optar por tener menos hijos para, por un lado poder invertir más en la educación y el desarrollo de cada uno de ellos, lo que puede resultar en un ciclo positivo que mejore el bienestar social general de las futuras generaciones, pero por el otro, las ganas de disfrutar de la vida, de viajar y conocer mundo, además de las responsabilidades laborales no dejan tiempo para dárselo a la familia.

4. El cambio Cultural y de las normas Sociales

  • Con el tiempo, las normas sociales sobre la familia y la crianza de los hijos cambian. En muchas sociedades desarrolladas o en vías de desarrollo, la percepción de que menos hijos pueden llevar a una mejor calidad de vida ha crecido, lo que también puede estar relacionado con el bienestar social. En las sociedades pobres y menos desarrolladas la natalidad tiene tasas de aumento muy elevadas. La supervivencia se vuelve muy difícil, y es la causa de grandes desplazamientos migratorios en busca de una mejor calidad de vida. El caso de África es un buen ejemplo de esto.

5. Sostenibilidad

  • La disminución del número de hijos en los países desarrollados puede ser vista como un aspecto de la sostenibilidad. Es el caso de Europa. Menos población puede significar menos presión sobre los recursos naturales y el medio ambiente, contribuyendo a un bienestar social más amplio y sostenible.

En resumen, si se puede afirmar que hay una relación observable entre la mejoría del bienestar social y la disminución del número de hijos, aunque esta relación puede variar según el contexto cultural, económico y social. Es importante considerar múltiples factores y no caer en simplificaciones, ya que cada sociedad tiene sus particularidades.

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