Por un futuro sin apagones
Energía
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Un hombre y un niño caminan por un mercado local durante un apagón masivo en Vigo, noroeste de España, el 28 de abril de 2025.Miguel Riopa/AFP/Getty Images |
El apagón histórico que paralizó toda la península ibérica la semana pasada ha evidenciado la fragilidad de nuestro sistema eléctrico y la urgente necesidad de una transición energética justa y sostenible.
Desde hace años se viene advirtiendo que una red basada en combustibles fósiles y energía nuclear no es sostenible ni resiliente para evitar o recuperarse de apagones ni para combatir el cambio climático . Cada vez mas personas piensan que el futuro energético debe ser 100% renovable, eficiente, justo y suficiente.
Hemos aprendido que es más necesario que nunca:
Cerrar progresivamente las centrales nucleares:
El apagón ha puesto de manifiesto algunas de las debilidades de la energía nuclear, que ni ha sido capaz de evitar el apagón ni ha contribuido a restablecer la red. Tampoco impulsan la independencia energética, dado que nuestra nuclear depende del uranio de Putin y sus socios. Además, genera residuos altamente peligrosos que permanecerán activos durante millas de años.
Apostar decididamente por las energías renovables e invertir en mejoras de la red y el almacenamiento:
No solo importan las tecnologías que se utilizan para generar electricidad, sino la capacidad de almacenamiento y de gestión de la demanda. Las energías renovables, combinadas con sistemas de almacenamiento como baterías, ofrecen una respuesta rápida y flexible a las necesidades energéticas, incluso en momentos críticos.
Fomentar el autoconsumo y las comunidades energéticas locales:
Un sistema más descentralizado, donde hogares, pueblos y ciudades puedan generar y gestionar su propia energía, reducir la vulnerabilidad ante apagones masivos y empoderar a la ciudadanía frente a las grandes eléctricas.
Abandonar el gas y los combustibles fósiles:
Aunque las centrales de gas han tenido un papel relevante junto con la hidráulica en la recuperación del apagón, la dependencia del gas nos exponen a otros riesgos muy importantes: seguridad de suministro, volatilidad de precios, conflictos internacionales y nos hace dependientes de regímenes como el de Putin o Trump. Además, el gas contribuye enormemente a la crisis climática, lo que genera fenómenos meteorológicos extremos como la pasada DANA de Valencia.
Y, ¿que es lo que se puede hacer para revertir la situación?
Exigir al Gobierno que acelere el despliegue de las renovables y elimine los trabas al autoconsumo.
Apoyar los proyectos locales de energía comunitaria que refuerzen la independencia energética de los municipios.
Denunciar las nuevas normativas que siguen apostando por el gas o pretendan amplíar la vida de las nucleares.
Presionar para que los fondos públicos se inviertan en resiliencia energética, no en parches fósiles.
Fuente: Greenpeace

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